miércoles, 26 de noviembre de 2014
No lo hace en silencio
Llega jadeante a su casa. Había corrido dos horas. Se sirve un vaso de agua. Mientras "cuela" su café y su desayuno está listo lee un periódico local. Se da cuenta que en la sección de empleos no hay nada relacionado a su preparación. Decide tomar una ducha, llora. Llora en silencio como siempre. Se arregla, llega al banco y deposita lo que será su último cheque. Espera que sus ahorros le den hasta conseguir un empleo. Ese día decide dar una vuelta en su carro, quizás sea la última vez por cuestión de "ahorrar gasolina". Llega a un lugar hermoso, el que ella describe como "el paraíso" y no precisamente porque ha estado allí, pero le parece que no ha visto un lugar más hermoso. Se sienta bajo un árbol lleno de flores, se deja enamorar por el cantar de las hojas, por la melodía del viento y llora, pero esta vez no lo hace en silencio... - Yesenia FG jueves 5 de enero de 2012
(in)somnio
Audio: Yesenia
Ana Maria Fuster Lavín
Insomnio 4
14 de febrero
La mesita de noche, el tictac de los minutos, una copa de vino tinto ya empozado. Las palabras danzan junto al humo del cigarrillo. Miro mis piernas. Los espejismos escalan mi cuerpo desde los pies, subiendo entre mis muslos para llegar justo al punto del deseo. Puedo ser auténtica y sensual, como sucia y promiscua, según la mirada de cada cual. Vulgar, nunca. En fin, podría recurrir al onanismo, pero prefiero pasar al plato fuerte sin entremeses.
Medito sobre todos los miedos. El de tantos a exponerse, el de otros a no ser aceptados, los llamados autopendejismos. A esos les otorgo una muerte ligera, que lleguen a las tinieblas de la misma forma que vivieron sus vidas. Otros apuntan con el dedo, como si condenar fuese la llave al reconocimiento social. En cada insulto, chisme malintencionado, encierran la putrefacción de su destino final. A estos otros, los amarro en un lugar solitario, les arranco las uñas y dejo que los gusanos se envenenen con su carroña. Y al tercer grupo, ese que no requieren de membresías de exclusividad, reúne a los temerosos, su memoria insuficiente les hace cometer errores, sus razonamientos son sus propios verdugos. Estos viven en masa, comen en grupo y hasta defecan juntos. ¡Qué se suiciden! Hoy no tengo tiempo para sus insignificantes existencias.
Me reafirmo. Hoy voy directa al plato principal. Llamaré a uno de mis amantes, que lubrique de amaneceres mis labios. La soledad nos otorga treguas para hacer el amor. Acostumbro a perdonarle la vida a un buen hacedor de orgasmos, de palabra ágil y mente libre. Esos, los elegidos, tienen una sonrisa de placer y no reclaman la posesión de la piel. El diario se repite; los momentos del eclipse, no. Por lo general tienen un matiz especial. Al fin de cuentas, sé que mi muerte se acerca. He muerto tantas veces, pero renaceré en otros cuerpos.
Ya es hora de dormir.
lunes, 2 de junio de 2014
Los complejos de Abril
Abril
llego dando pasos fuertes con sus tacos de maderas.
Su
frente en alto, creyéndose capaz de lidiar con mis pesares.
Abril llegaste y te
pensabas intocable. Moviendo tus caderas al son del viento, vestida de hojas
secas. Tus treinta largos suspiros y mi piel por cada uno palidecía.
Abril llegaste y contigo mis inseguridades se
hacían más grandes. Por cada paso una herida. Por cada sondeo una brecha. Cada
mensaje, envuelto en palabras escritas, en miradas distantes, en sonrisas
apagadas, cada todo y una de ellas me recordaban Abril, que no sería fácil
lidiar contigo.
Abril llegaste y sin
consultar comenzaste a cambiar mi espacio y mi tiempo. Estableciste la
definición de cada lágrima que rodaría por mi mejilla a partir de tu llegada. Los
días con tu presencia, no sabían la hora y las noches cada vez eran más largas
y calurosas.
Abril
llegaste y me empujaste al vacío.
Entonces llego Mayo.
Tan firme y recta. Sus decisiones en mí no tuvieron estrago. Sus treintaiuna
mirada que en mi se posaron no tuvieron un efecto mayor que el tuyo Abril. Todo
aquí seguía igual. Una piel seca, sin brillo. Una mirada sin luz. Un hueco
oscuro en el estómago que se negaba a cerrarse.
Fui indiferente para
Mayo. Pero ella para mí, fue solo un intento de respiro. Junto a ella, los días
y las noches eran más largos. Por tu culpa Abril, mis pensamientos estaban
comprometidos. No pude darme cuenta que pronto llegaría Junio y no tendría
respuesta para sus preguntas.
viernes, 16 de mayo de 2014
Aprendiendo a creer en mí
Ayer me disponía a dejar atrás una parte importante de mi historia. Quizás, el capítulo más importante que he vivido durante estos 26 años. Muchos me miraban y se preguntaban la razón por la cual de mi rostro rodaban lágrimas. Puede que les pareciera que se trataba de algún acto de “protagonismo” o “cursilería”. Pero en realidad se trataba de lo importante y difícil que ha sido poner punto final a esta línea que me ha llevado a tener las batallas más difíciles de mi vida.
No luche contra adicciones, no luche
contra males y pesares, no luche contra fenómenos atmosféricos. Luche contra
mí. Contra mis principios, mis deseos, mis fortalezas y debilidades. Luche
contra el amor, contra la fe y contra la esperanza. Luche contra mi ser. Luche
contra el significado de creer en mí.
Ayer, mi piel tenía un aspecto
diferente. Entre lo seco y lo brillante. A la espera de morir o seguir
viviendo. El reloj seguía corriendo, los minutos marcaban segundos de angustias
para mí. Intentaba sonreír pero apenas podía escuchar con claridad. Todos al
pasar de las horas se iban marchando, sonrisas en sus rostros, triunfos
obtenidos. Mi ansiedad crecía. La confianza se derrumbaba. Cada vez las
lágrimas eran más espesas. Mi mundo giraba con velocidad. Ya no sentía
esperanza de poder continuar en pie. Marcaba las horas aquél reloj interior.
Cuatro se convirtió en dos. Entonces con pasos temblorosos comencé a caminar.
Iba recordando cada día que las horas parecían eternas. Cada lucha que se
desataba en mi interior. Cada angustia y cada desacuerdo provocado por no tener
nada, teniendo tanto que dar.
Al llegar a la puerta dude un segundo en
entrar. Sentía como si mis manos estuvieran atadas a bloques y por su peso no
se me permitiera tocar la perilla. Mi mente decía corre, mi corazón latía a
prisa y mis piernas no reaccionaban. Estaba a solo segundos de conocer si había
valido la pena luchar. No tuve más remedio, al entrar tuve que tomar asiento
pues sentía que mis piernas no soportarían el peso de tanto sufrimiento, de
tanta confusión, de tantas decepciones y de tanta poca fe que tenía en mí.
Tenía mi piel rasgada con tantas
cicatrices. Ardía todo mi interior. Las lágrimas que rodaban por mis mejillas
se convertían en acido quemando mi presente. Manchando un rostro que no se
atrevería mostrarse en un futuro muerto o lleno de una vida seca, desamparada.
El solo escuchar aquella voz vieja,
arrugada con tantas experiencias, el solo escuchar aquella palabra que de su boca
experimentada salió, mi vista se fue nublando. Aparecían imágenes confusas. No
lograba materializar aquel sentimiento que de mi interior se iba desprendiendo.
Al cerrar mis ojos sentía como todo aquel peso que iba cargando durante años se
iba añejando.
Entonces comprendí que todo siempre
había conspirado a mi favor. Necesitaba nuevos lentes para poder apreciar el
amanecer de todos mis días. Había sido guerrera y la vida me estaba devolviendo
lo que por determinación yo me había privado.
Comprendí que creer en mí, va más allá
de obtener lo que deseo. Creer en mí es saber que puedo dar mi mayor esfuerzo
en todo lo que hago. Creer en mí es trabajar con mis debilidades y estar
consiente de mis fortalezas. Creer en mí es ser yo aunque el mundo no lo
quiera. Creer en mí es trazarme metas y no perder mi norte aunque la brújula ya
no funcione.
Creer en mí es saber que siempre hay
personas que creen que puedo lograr lo que me propongo. Creer en mí es saber
que expertos en materias identifican que puedo dar luz aunque yo no vea el interruptor.
Creer en mí significa que de hoy en
adelante declaro creer firmemente que puedo lograr lo que me propongo, aunque para
llegar a la meta me encuentre con un camino seco, lleno de espinas y rocas que
pelen mis manos por intentar despejarlo y mis rodillas ya no tengan piel por tanto
tropezar y caer.
Ayer me disponía a dejar atrás una parte
importante de mi historia. Me encontraba luchando con el dilema de arrancar o
no el capítulo más importante de mi vida. Pero descubrí que el clímax siempre
da lugar a sobrepasar las expectativas. - Yesenia
FG 2014
jueves, 24 de abril de 2014
Desde aquí, hasta las calles adoquinadas
Cuando extiendes tus alas
cubres a todos con el brillo
que solo ellas pueden regalar.
Amiga,
tú que estarás allá y yo me quedaré aquí, intentaré ser fuerte porque no tendré
cerca a quien con solo una palabra hace que reflexione sobre lo inreflexionable
[palabra que autoproclamo como correcta] que es el amor y la vida. En esto
quizás diferiremos, pero creemos en la diversidad de pensamientos. Sé que estaremos
presentes una en la vida de otra aún con millas de distancias. Solo te pido que
seas fuerte cuando creas que no podrás continuar. Aunque creo firmemente que
eres mucho más fuerte para si quiera pensar que no podrás. Sabes que no soy
buena en las despedidas, quizás tampoco, demostrando correctamente mis
sentimientos, pero por tratarse de ti, intento hacer un esfuerzo.
Permíteme
describirte el sol que ilumina mi habitación todas las mañanas, el mismo que se
refleja en las ventanas de cristal aun cuando mi salida es en la madrugada y
solo alumbra mi camino las luces de los autos y la sonrisa de él. Es el mismo
sol que es invitado a entrar a tu apartamento por la puerta del balcón de aquel
quinto piso. Quizás allí calienta más, aquí me invita abrir las ventanas de par
en par, calentar mi alma y continuar.
Permíteme
describirte el olor a café que se cuela en la cocina y que emana de la
cafetera, todas las mañanas a las 5:20, mientras con las sabanas me cubro la
cara y me hago la idea que solo me queda 10 minutos más para descansar. Sí.
¿Contradictorio verdad? Mis días sin ese aroma no son iguales. Aunque detesto
su olor, su sabor, me hace sentir que tengo un hogar y sin el nada sería igual.
Quizás esto se deba a que desde niña me
despertaba viendo a mis padres tomar café y eso me confortaba. Sabía que tenía
una familia y un hogar. Ahora, todo tan distinto pero a la vez igual. Aun no sé
con exactitud si te gusta el café, sino es así, pero si algún día quieres tener
una idea de cómo me siento, intenta hacerlo. Cuela un poco de café aunque sería
una pena tener que botarlo. Bueno… podrías regalarle una taza de café a
cualquier persona que pase por tu lado. Estoy segura que más de la mitad de los
puertorriqueños no podrían vivir sin su taza de café matutino.
Permíteme
describirte el viento que azota con furia las cortinas horizontales que cubren
las ventanas de mi casa. Es el mismo que revuelve mi cabello y me hace sentir
que hay vida en todas partes. Me gusta pensar que roza mi piel como queriendo
comunicarse conmigo. Unas veces me dice que el vestido que llevo puesto me
sienta bien, otras que es muy corto y debo ser más discreta. Mientras más
fuerte azota por todas partes, me recuerda que ya son las 1:00pm, hora en la
que debo tomar un descanso, almorzar o quizás tomar una taza de té. Allí donde tú
estas el viento es así de intenso, aunque a veces hace maldades y prefiere ver
a los turistas sudar “la gota gorda”. No sé si donde estarás se sentirá así,
pero recuerda enviarme mensajes a través de el. Por mi parte todas las tardes a
las 1:00pm en punto te enviaré un mensaje y lo sellaré con un beso. Espero sea
puntal y llegue donde ti.
Permíteme
describirte el sonido de las hojas cuando caen en mi balcón. ¿Cómo algo tan
liviano puede marcarme tanto? Cuando me encuentro tomando un respiro por el día
tan ajetreado que llevo, me doy cuenta que a veces, solo a veces me siento como
ellas, flotando en el aire, hasta caer suavemente pero creando todo un zumbido.
Pero aun así, me gusta la belleza que crea al verlas ahí, en mi balcón, aunque
también es un poco frustrante el tener que recogerlas luego de ver como mi
perro hace una montaña de ellas solo por diversión.
Permíteme
describirte el cantar silencioso de los coquíes. No basta con vivir en la parte
más alta de mi pueblo, poco a poco vamos acabando con ellos y cada día su
cantar va mermando. Sabes que las noches sin ellos son más estruendosas. Sí,
porque el silencio como bien dicen, es ensordecedor. Allí donde vives el
silencio es distinto. El cantar de los coquíes es remplazado por las risas de
los turistas, o por algún músico con insomnio. De todas maneras ambas sabemos
que su cantar no podrá ser remplazado aun por la voz más tenue.
Permíteme
describirte la casa blanca que está a solo pasos de la mía y que a simple vista
parece que nadie vive. Es una que invita a descubrir los secretos más ocultos
que podamos imaginar que allí aguarda. La realidad es que existe vida en ella,
a veces se hace más constante su presencia y en ocasiones su ausencia pesa. Es
como si ella en sí tomara vida, pero es en ella que hay vida. Una vida muy
parecida a la de muchos que rondan las calles por donde vives. Que andan
distante de su cuerpo pero tan presente en nuestros pensamientos. Vidas que
recogen silencios y de ellos hacen melodías.
Permíteme
intentar describirte lo especial que eres para mí. Aunque, como dice mi amigo
Federico Moccia de una manera parafraseada, definir mis sentimientos a través
de las palabras quitaría la belleza de ellos. Lo que intento decirte con todo
esto es que disfrutes de todo lo que allá te rodeará por el tiempo que decidas
estar. Nada o muy poco será igual que aquí o que allí, pero yo y Las San’s
siempre seremos y estaremos igual para ti. Los olores, sabores y colores
tendrán otros significados, pero igual de importantes para ti. Esto de cierta
forma también lo será para mí y para ellas quienes gracias tu hilo rojo siempre
estaremos unidas. Porque la vida así lo quiso, porque el cielo así lo decidió y
porque nosotras así lo creemos y lo queremos. Gracias por ser lo más cercano a
lo posible. Gracias por estar.- Yesenia FG 2014
miércoles, 22 de enero de 2014
Reflexión: Mis pensamientos en una semana 7/7
Día: Miércoles 22 de enero de 2014
Hoy es el último día de “Mispensamientos en una semana”. Confieso que escribir todos los días es más
complicado de lo que pensaba. Ha sido una de mucha ansiedad. Saber que quería
escribir y tenía la responsabilidad conmigo de hacerlo me provocaba estress. Me
reía de mí, al verme correr por toda la casa hablando sola y cuando me sentaba
el silencio se hacía escuchar entre mis dedos. Nada. Nada era lo que podía
escribir y así me encontraba por mucho tiempo frente a la página en blanco
hasta que salían las palabras escasas.
Hoy no es la excepción. Solo puedo decir
que volveré a practicar este ejercicio. No sé cuándo eso sucederá, pero quiero
continuar retándome. De esta forma conseguiré llegar hacia donde me dirijo.
Puedo concluir que lo logré. Me costó
trabajo pero al menos pude comer del fruto.
Los temas de esta semana fueron:
7.
Reflexión:
Mis pensamientos en una semana
- Yesenia FG 2014
- Yesenia FG 2014
martes, 21 de enero de 2014
Escribiendo a un extraño 6/7
Día: Martes 21 de enero de 2014
Nunca imagine que sería capaz de
escribir una carta a un extraño. Desde que estaba en escuela elemental escribía
cartas a mis amigos y recibía muy pocas. Pero siempre iban destinadas a una
persona que conocía o me conocía. Desde que vi la película “The letter Writer” me emocione mucho ver como unas palabras de
algún extraño, puede ayudarte a sentir mejor incluso ayudarte a ver la vida
como realmente es “una bendición”.
Aunque a quien escribí la carta no es un
extraño, técnicamente sí lo es. Al principio sentí mucho miedo de como pudiera
reaccionar ante mis palabras, sobre todo reconociendo que hay mucha diferencia
entre nosotros como ejemplo la cultura y el idioma. Solo podemos decir que
nuestra comunicación escrita puede ser efectiva si es en inglés. Los que me
conocen ya podrán imaginarse mi miedo. ¡Que mi mensaje no sea entendido! Escribirle
me tomó mucho más tiempo del que me toma escribir una carta a algún amigo. No
exagero cuando digo que me tarde 12 horas entre escribir, traducir, corregir y
volver a corregir hasta estar segura que mis palabras podían entenderse. Ya son
cuatro meses desde que envié la carta y silencio como respuesta. Me gusta
pensar que como es una persona muy ocupada aún no ha tenido tiempo de leerla
debido a que no soy la única que desea expresarle un pensamiento y no un
sentimiento.
Por otra parte, escribir cartas y sobre
todo recibirlas me hace sentir especial. En ellas intento dejar plasmado mis
sentimientos en ese momento y si es posible describir todo lo que me rodea. Al
leer las palabras de la otra persona, comienzo a imaginarla decirlo, escribiéndolo,
sintiéndolo y me gusta pensar que desean que yo valore su acto. Y es así. Cada
carta que envió o recibo es distinta y especial para mí. Marcan un instante
aunque solo este escrito un ¡Hola!. Ese HOLA va cargado de emociones, de
tiempo, de espacio, de sentimientos. Significa que la persona tuvo el detalle
de pensar en mí y tomar su lápiz o bolígrafo y dedicarme un minuto o segundos.
Entre todas las cosas que deseo, el que
nunca dejemos de escribir cartas es una de ellas. Cartas a “puño y letra”.
Cartas que digan lo mucho que queremos y extrañamos. Cartas que digan
"gracias” y “de nada”. Cartas que solo sean tuyas, que solo sean mías.
Cartas que leamos y releamos. Cartas sinceras y sin sentidos. Simplemente
escribir cartas para no quedarnos con el sentimiento de extrañeza, para
alentarnos a continuar.
Mientras tanto
continúo albergando la esperanza de que aquél extraño aunque no conteste mi
carta pueda leer mis palabras.
Si te gusta escribir cartas como yo y te
gustaría intercambiarlas conmigo te invito a que lo hagas. No importa de qué
parte del mundo seas. Siempre buscaré la manera que sirva como medio para
comunicarnos. Así sea si tenga que aprender más idiomas. (No es chiste)
Mi dirección:
PO BOX 1283 PMB 122
San Lorenzo, Puerto Rico 00754
- Yesenia FG 2014
lunes, 20 de enero de 2014
El arte de Soñar 5/7
Día: Lunes 20 de enero de 2014
Muchos dicen “Soñar no cuesta nada”, otros afirman
que “no podemos pasarnos la vida soñando” y otros alientan diciendo “lucha por
tus sueños”. Todos tienen razón. Pienso que el arte de soñar se encuentra en la
manera en que lo hacemos. Permitirnos soñar es una de las cosas más hermosas
que podemos hacer por nosotros. Mediante esta acción descubrimos intereses y
hacía donde nos queremos dirigir. Sobre todo esto último. Es una de las cosas
más difícil con las que todo ser humano tenemos que lidiar. Saber lo que
queremos y hacía donde nos dirigimos mediante palabras es sencillo. La
complicación esta cuando ponemos en práctica la acción y nos damos cuenta que
mediante el proceso se nos hace un poco complicado o descubrimos que no es tan
sencillo como esperábamos.
La situación se complica cuando nos pasamos soñando y nos quejamos de que
no sucede nada a nuestro alrededor pero la realidad es que estamos tan ocupados
esperando a tener tiempo o que las cosas sucedan de la nada que no nos damos
cuenta que no estamos haciendo nada para que esos sueños se hagan realidad.
Esto ocurre en mucho de los casos cuando tenemos inseguridades. Y TODOS en
algún momento pasamos por la difícil aceptación de que ciertas cosas nos hacen
sentir inseguros, nos hacen sentir abrumados, incapaces de continuar. Es en
este momento cuando entra el típico “lucha por tus sueños” que tan real es.
La vida no es tan sencilla como comerse un helado.
Esta llena de obstáculos que mediante vamos creciendo y llegando hasta eso que
queremos para nosotros, se van haciendo más grandes o más complicados. La
actitud que adaptemos es esencial. Pero estas actitudes se desarrollan mediante
la seguridad y el compromiso que tengamos con nosotros mismos. Pero no todo es
gris. Los sueños aportan a nuestra vida colores, chispas, brillo, magias. Aportan
sonrisas, palabras y nos hacen más fuertes, seguros y esperanzadores. Los
sueños se trabajan poco a poco. No importa si tardamos más del tiempo que
esperamos. La cuestión esta en ser perfeccionista en la construcción de esos
sueños y sobre todo tener siempre en cuenta nuestras virtudes, fortalezas y debilidades.
Los sueños sí se hacen realidad siempre que se trabajan por ellos. - Yesenia FG 2014
domingo, 19 de enero de 2014
Que no se pierda la bonita costumbre de cenar en familia 4/7
Día: Domingo 19 de enero de 2014
Desde pequeños mis padres nos acostumbraron (a mis
hermanos y a mí) a sentarnos todos juntos a la hora de la cena. No importaba si
ya habíamos cenado en casa de nuestra abuela o en cualquier lugar, lo que
importaba era que todos nos sentáramos en la mesa de comedor y compartiéramos
ese instante. Las reglas del juego eran simples, todos nos sentábamos y nadie
se paraba hasta que la última persona terminara de comer. En la mesa mientras
comíamos hablábamos sobre lo que habíamos echo durante el día o cualquier otro
tema que nos hiciera feliz. Siempre reforzábamos la comunicación y apoyábamos
nuestros proyectos.
Al pasar el tiempo íbamos creciendo pero esa
bonita costumbre no desaparecía. Mis amigos se burlaban de mí por el simple
echo que no nos permitían comer en nuestras habitaciones o mientras veíamos TV.
A la hora de la cena no importaba quien estuviera en la casa, todos comíamos
juntos. Si no había las sillas suficientes buscábamos donde sentarnos pero de
que comíamos juntos en el comedor COMIAMOS. Mis padres a diferencia de los
padres de mis amigos son más jóvenes en edad. Eran y son flexibles en muchos
temas pero nunca han cedido en el tema de la unión familiar. Gracias a ellos,
mis hermanos y yo continuamos compartiendo esa bonita costumbre y hemos
integrado a nuestras parejas para que se hagan eco de nuestros actos.
Todos ahora somos adultos. Tenemos intereses diferentes
y carácter muy parecidos. Tener a 7 leones en un mismo lugar a veces es difícil
pero con el tiempo fuimos aprendiendo a respetar nuestras diferencias e incluso
a no tocar esos temas donde unos son más sublimes que otros. Pero ¿Pueden
imaginar a 7 leones comiendo todos juntos? Es divertido y reconfortante. Hace 3
años formé una familia compuesta por mi esposo y yo. En mi hogar continuamos
con la costumbre de cenar juntos en el comedor. No somos de desayunar y
almorzar porque es muy raro que estemos juntos durante el día por nuestras
responsabilidades individuales, pero en la tarde es nuestro momento. Cenamos
juntos y luego nos ayudamos en la difícil tarea de recoger la mesa, lavar,
secar y guardar los platos. Si nunca han hecho esto con su pareja o con
cualquier miembro de la familia o amigos, se lo recomiendo. Son experiencias
diarias que nunca se repiten. Aunque un día parezca a otro nunca hablaran de lo
mismo en la mesa. Se conocerán mejor y se sentirán más unidos a la otra
persona.
El 14 de enero a nuestra familia se unió un nuevo
integrante. Es por esto que deseo que continuemos reforzando los valores
familiares y que nuestra unión permanezca para siempre aunque en momentos
sintamos que debemos soltar la soga un poco. No soy madre, y el niño más
pequeño cercano a mi es mi hermano de 18 años hasta hace cinco meses cuando
nació mi primito, hace 6 días nació mi primera sobrina pero aún así siempre he
creído que la base de todo niño debe ser la familia. Es por ellos (y no
necesariamente tienen que haber crecido en tu vientre) que debemos esforzarnos
para dar la mejor educación pero sobre todo inundarlos de amor. Por ellos y por
todos los niños del mundo, continuemos siendo personas de bien, esforzándonos
para dar lo mejor de nosotros, ser ejemplos positivos e inculcar en las
familias el verdadero valor que es la unión, el respeto, la comunicación y el
amor. - Yesenia FG 2014
Que no se pierda la
bonita costumbre de cenar en familia***
sábado, 18 de enero de 2014
Me sobran las ideas 3/7
Día: Sábado 18 de
enero de 2014
Día 3 de esta semana y como supuse tantas cosas por decir y justo ahora perder
las palabras. Parece ser normal que cuando más deseoso uno esta por escribir, por contar aparece el bendito bloqueo. Existe miles de técnicas para evitar que esto suceda pero conmigo no funciona. No desespero, solo espero. Mientras… intento mantener los pies en la tierra. - Yesenia FG 2014
viernes, 17 de enero de 2014
No más procrastinación 2/7
Día: Viernes 17 de enero de 2014
Estos son los libros que tengo por leer y espero ser lo suficiente fuerte como para no dejarme tentar y comprar libros hasta no terminarlos. - Yesenia FG 2014
¿No les ha pasado que siempre utilizan una palabra
que es “normal” para usted pero de un tiempo en adelante comienza a escucharla
más seguido. Entonces se queda en su subconsciente y cada vez que la utiliza se
da cuenta que lo esta haciendo? A mí me
ocurre con la palabra procrastinar. Entonces surge una reflexión en mí, y me
doy cuenta que efectivamente tiendo a procrastinar. No me ocurre todo el
tiempo, pero sí tiendo hacerlo con los libros. Hay ocasiones que me he creado
ciertas expectativas acerca de un libro que me da digamos que “miedo” leerlo
para darme cuenta que no es lo que pensaba. Otras veces no he tenido expectativas
acerca de el y me doy cuenta que es maravilloso y comienzo hacer una publicidad
no pagada del libro con todas las personas que conozco porque deseo que lo lea
y me emociona poder hablar de el. Pero continuo procrastinando.
En estos días he estado añadiendo libros a mi wish book list. Cada vez la lista se va
haciendo más larga y mis ahorros más pequeños. Intento no dejarme enamorar por
las portadas o por las sinopsis pero soy débil. Por tal razón decidí no procrastinar
tanto la lectura de los libros que tengo en mi librero para poder darme la
oportunidad de ir obteniendo los libros que deseo. Quiero comenzar hacer
compras más inteligentes. No es que despilfarro el dinero, pero sí me he dado
cuenta que compro más libros que zapatos y se ha vuelto en una obsesión. Aunque
esta obsesión la comparto desde que soy pequeña con artículos escolares como
libretas, post-it, lápices, bolígrafos en fin… Los libros es algo que siempre es un buen
regalo y es maravilloso poder tener muchos en el hogar. Lo que quiero es poder
leer todos los libros que tengo para nunca arrepentirme de no haber leído
alguno de ellos y este solo cogiendo polvo. La vida es corta, y sé que no me
dará tiempo de leer todos los libros que deseo y desearé pero al menos necesito
tener la satisfacción de que he leído los que he comprado o me han regalado. De
esta forma habrá valido la pena haberme quedado sin ahorros. Pienso que la
cantidad de libros que lees en un año o incluso la cantidad de libros que
tienes no es lo que verdaderamente importa. Vale más la calidad y todo el
conocimiento que pudiste absorber durante la lectura.
Estos son los libros que tengo por leer y espero ser lo suficiente fuerte como para no dejarme tentar y comprar libros hasta no terminarlos. - Yesenia FG 2014
jueves, 16 de enero de 2014
Mis pensamientos en una semana 1/7
Día: Jueves 16
de enero de 2014
Hoy mientras garabateaba
en una hoja en blanco las miles de ideas que iban apareciendo en mi cerebro y
que a simple vista parece no tener sentido, pensé en escribir durante una
semana sobre diversos temas que me apetezca en ese instante y no fijarme un
tipo de escritura en específico y mucho menos una cantidad de palabras. De esta
manera intentaré organizar mis pensamientos y tener una idea más clara hacía
donde me quiero dirigir con mis escritos y en la medida ir encontrando mi “estilo”
por decirlo de algún modo. La escritura para mí es como una especie de terapia
la cual me ha liberado de sentimientos agotadores que llevaba arrastrando por
mucho tiempo. Desde pequeña amaba leer y sobre todo escribir historias
inventadas y otras más reales. Siempre me inspiraba en los demás y poco en mí. Y
esa sensación tan agradable la que sentía luego de terminar de escribir sobre
algún personaje fue lo que me inspiro abrir mi primer blog en el 2009. Con el
aprendí mucho sobre mí y sobre todo conocí personas maravillosas a las que he
aprendido amar con todo mi corazón porque se lo merecen, porque son igual o más
luchadoras que yo y porque tienen un talento inigualable.
Aunque con palabras parezca fácil debo
admitir que reconocer que la práctica hace al maestro, no fue tan sencillo. Las
críticas positivas te hacen sentir ligero, seguro de ti mismo y capaz de “comerte
al mundo”, pero ¿qué sucede cuando te das cuenta que las críticas negativas son
muy directas o simplemente se las reservan para no hacerte sentir mal? Se
siente fatal. Inevitablemente comenzaba a dudar de mí y sobre el amor que le
tengo a las letras. Pero para mi suerte, la escritura es una técnica de
sanación y aceptación. He aprendido que no siempre recibiremos flores, también
tenemos que aprender a ver el lado oscuro del camino. Hoy por ejemplo; me
siento positiva. Con ganas de salir hacia adelante y con mucha confianza en mí.
Sé que lo que aquí escribo lo hago con el corazón y que siempre hay espacio
para mejorar. Deseo que esta alegría que inunda mi ser sirva de inspiración
para crear historias o cuentos que en un futuro tenga la misma urgencia de
leerlo como la de escribirlo.
En el pasado prefería solo escribir
historias que fueran contadas por personajes pero hoy deseo experimentar todo
ejercicio que la escritura me brinda. Quiero escribir de mí, así como lo estoy
haciendo hoy. Escribir historias como las de Garo, Julieta, continuar
escribiendo cuentos o inspirarme nuevamente para finalizar la novela Entre SábanasBlancas. Sea como sea, este es un nuevo año y estoy segura que traerá consigo
muchas oportunidades para todo el que así lo desee. Yo deseo que nunca se me
escape la necesidad de escribir, leer, pero sobre todo la necesidad de vivir y
amar. - Yesenia FG 2014
miércoles, 15 de enero de 2014
Una gota del cielo llamada Allisson
Tenerte entre mis brazos fue como
aferrarme a la vida y no querer soltarla nunca más. Descubrir solo en un instante
que la vida es corta pero lo suficiente para demostrar nuestro amor a todas las
personas que nos hacen ser diferentes y mejor. Que aunque este mundo este de
cabeza porque actuamos como salvajes y no como seres humanos, todavía existe un
rinconcito donde podemos comenzar hacer la diferencia para que con nuestros
actos se esparza por el mundo nuestro amor.
Que cada palabra y cada acto que salga
de este cuerpo del que soy responsable cuidar hasta que la vida me lo permita,
sea positivo, de amor, lucha y esperanza, para poder ser un ejemplo para ti.
Pido al universo que me permita crecer
junto a ti y compartir contigo y tu mamá todos los momentos mágicos y amargos
que la vida tendrá para ti. En los momentos mágicos poder contagiarme de tu
sonrisa, de tu alegría, de tu amor y en esos momentos amargos ser un pilar en
tu vida para darte fortaleza e inspirarte a dar lo mejor de ti para vencer
cualquier barrera.
Siempre he creído en el amor y la vida,
pero ayer al verte y tenerte entre mis brazos esos que temblaban por no tener
la experiencia suficiente y hoy al tener esta sensación de que no he visto una
pequeña más hermosa que tú, puedo asegurar que creo en la magia, en el amor, la
vida y en el cielo. - Yesenia FG 2014
lunes, 6 de enero de 2014
Por siempre mi Garo
Te encontré. Sin
buscarte, sin llamarte, sin pensarte. Días atrás mientras caminaba por esas
calles viejas llenas de historias, las que a casi nadie le gusta transitar y
cuando lo hacen no se detienen para admirar la belleza que hay detrás de sus
historias. Cómplice de tal acusación iba yo. Con la mirada agachada, de ese
modo avanzaría con cada paso dispuesta a ponerle fin a una semana tan
ajetreada. Pero tuve que llegar a ese punto donde o levanto la mirada o permito
ser arrollada. Mientras esperaba a que algún “samaritano” (y no precisamente
ese que alude a las personas de tal pueblo) me diera paso, te divise al otro
lado de la calle. Llevabas unos mahonés oscuro y una T-shirt de cuello v color
negra, enmarcando tu cuerpo. Ese que aún no olvido.
Fue cuando pensé en ti, después de mucho
tiempo. Y pensé en mí. En la última vez que te vi y no fui capaz de decir
otra cosa que no fuera “Hola”. A mi mente saltaron preguntas inquietas. “¿Habrás
pensado en mí en todo este tiempo? ¿Habrás regresado a mi antiguo trabajo para
comprar frutas que ya no comes con la única excusa de encontrarte conmigo? ¿Te
habrás olvidado de mí, de mi nombre?” Tenía que averiguarlo, no podía dejar
pasar nuevamente el tiempo sin saber de ti. Cuando me disponía a cruzar para
llegar donde te encontrabas, el miedo se apodero de mí. Me paralice en medio de
la calle. Mi mente se quedó en blanco y olvide caminar. Fue el timbre de aquel
auto conducido por un hombre con deseos de llegar pronto a su lugar destinado,
quien me hizo regresar a la realidad y retroceder en mis propios pasos. Me
disculpe apresuradamente. Te busque con la mirada pero ya no estabas. La
pesadez y la angustia invadieron mi cuerpo. Sabía que pasaría mucho tiempo para
volver a verte. Mis pasos fueron disminuyendo y con ellos la prisa de ponerle
fin a ese viernes… Tenía mucho en que pensar.
***
Garo es extraño pensarte. Pensarte de
una manera como no lo hacía antes. No sé, me gusta el Garo que aparece en mis
pensamientos, que es el mismo que he conocido siempre, pero no es hasta ahora
que lo entiendo. Aquel encuentro en el que no me vistes ha revolcado todo mi
presente. La angustia está presente día a día. No se siente como la última vez
que solo fui capaz de decir “hola”. Ese día era nervios. Hoy es miedo.
Me apresuro a vestirme. Al mirarme en el
espejo pensé en ti. Llevo mahonés, blusa a rayas con botones, ballerinas, pelo
alborotado y el recuerdo de las veces que me veías vestida así y me decías al
oído lo hermosa que era. A decir verdad, en ese momento tus palabras para mí
tenían importancia pero no las entendía. Como aquella vez que estabas sentado
frente a la facultad de Ciencias Médicas, la sombra de aquellos árboles jugaban
haciéndote tonos de piel y lucías hermoso, nervioso. Me acerqué, te rodee con
mis brazos, podía sentir tus nervios, pero preferí ignorarlos. Te reclamé por
el tiempo que no habíamos pasado juntos las últimas dos semanas y tú con una
pequeña sonrisa en los labios dijiste que me lo recompensarías “¡Te
lo prometo!”
Hoy mientras caminaba hacía el examen
que definiría todo lo que he sacrificado pensé en ti. No pude hacer nada para
que la tristeza no me invadiera. Me examinaba y mi conciencia también lo hacía.
Me di cuenta mi querido Garo que no había querido ver lo mucho que me amabas.
Y no te dejé recompensarme. Ese día dije
muchas cosas que te dolieron pero hoy es a mí a quien queman. Te deje marchar
sintiéndote culpable. Sin querer entender lo importante que era para ti tu
futuro, en el que me habías incluido y yo por inmadura, impaciente estaba
derrumbando. Creía que te entendía y tú a mí no. Pero era todo lo contrario.
Recompénsame mi Garo, lo prometiste.
Recompénsame para poder decirte “lo siento”.
Recompénsame para saber de ti.
Recompénsame mi Garo para que esta culpa deje de doler. Recompénsame mi Garo
para poder recompensarte, mi amor. - Yesenia FG 2014
¿Qué leo?
Enfrentando al Alzheimer
Datos sobre el libro:
Titulo - Siempre Alice
Publicado por: Ediciones B
Autor/a – Lisa Genova
"¿Qué pasaría si todos tus recuerdos
desaparecieran de tu mente y no tuvieras más opción que seguir adelante,
incapaz de impedirlo?"
Siempre
Alice Un libro que te hará reflexionar sobre cómo estás viviendo ahora y hacia
donde te diriges. Un libro que te hará sentir más cercano a las personas que
sufren de Alzheimer temprano, sentir comprensión sobre lo que significa vivir
con cierto grado de demencia y conocerás algunas de las dificultades que ellos
tiene que enfrentar mientras estén conscientes de lo que eso significa. Un
libro que rompe barreras.
"Pero llegaría el momento en que ya no recordaría
cómo comer un cucurucho de helado, cómo atarse los cordones de los zapatos,
incluso cómo caminar. Llegaría el momento en que las neuronas de sus centros de
placer se corromperían ante una oleada de proteínas amiloides y ya no sería
capaz de disfrutar de nada. Llegaría el momento en que, simplemente, el momento
no existiría".
Tarde
exactamente un año en leer este libro. No porque fuese uno difícil de digerir, monótono
o aburrido. Lo que en realidad sucede es que Lisa Genova ha fotografiado la vida
de Alice Howland de una manera tan real que en ocasiones se me hacía doloroso
continuar conociendo los sentimientos de esta mujer inteligente con un presente
tan comprometedor. En ocasiones me vi reflexionando sobre mi vida y
la de Alice. Me preguntaba cómo sus hijos realmente se sentían y olvidaba que
es solo una novela que por más real que fuese, no está basada en la vida de una
persona en específico. No es una novela que te presente un final feliz o uno
doloroso, simplemente es uno auto conclusivo. Te hace pensar en las acciones de
las personas que rodean a un paciente de Alzheimer y te preguntas si fuese tu
caso ¿actuarias de la misma manera? ¿Qué harías diferente?... Siempre Alice es
una novela que rompe con esquemas y la recomiendo.- Yesenia FG 2014
Reseña de libros
#1
sábado, 4 de enero de 2014
Entre Sabanas Blancas (Novela) *Sin editar***
"Sentado bajo el árbol, el más grande y hermoso del parque, estaba él, escribiendo una carta para su amada. En ese momento no sabía que escribía, pero luego, los años se encargaron de contarme su historia y la mía".
15 de diciembre 1965
Hoy es uno de esos días que no me importa nada, pero todo. Que siento frío pero ando descalzo y sin abrigo. Que la vida me sonríe pero le doy la espalda...
Hoy es uno de esos días que lo quiero todo pero nada. Que me comería el mundo pero no me muevo. Que bailaría bajo la lluvia pero no me arriesgo...
Hoy es uno de esos días que no sé quien soy pero grito mi nombre con orgullo...
Hoy es uno de esos días que te amo... pero no te tengo...
por siempre, el que te amara y no dejara de hacerlo.
Yo
Capitulo 1 "Desde mi Ventana"
Su rostro reflejaba tristeza. Aquel pobre hombre, debía estar pasando un mal momento. Yo lo miraba desde mi ventana, ocultándome entre las cortinas de muselina color blancas que las adornaba. Sentía que mi corazón latía con más fuerza. Podría jurar que en ese momento pensaba que se me iba a salir.
Verlo allí con su mochila, lápices, libreta en mano, escribiendo con sus lágrimas rodando por su mejilla. Aquella imagen me hizo amarlo sin conocerlo. Desearlo y esperarlo. Mientras más lo contemplaba en silencio, más deseaba saber que escribía. ¿Por qué estaba tan hundido en sus pensamientos?... Quien fuera la mujer a la que él le escribía, debía ser fría e inmoral para hacerlo sentir tan triste y desdichado.
Entre suspiro, pasaba el tiempo y justo cuando él se disponía a levantarse para marcharse, mi madre me sorprende mirando por la ventana.
-¿Qué tanto mirabas por la ventana?
-Nada, solo buscaba respirar aire fresco.
Suerte que cuando se acerco él ya no estaba.
Verlo allí con su mochila, lápices, libreta en mano, escribiendo con sus lágrimas rodando por su mejilla. Aquella imagen me hizo amarlo sin conocerlo. Desearlo y esperarlo. Mientras más lo contemplaba en silencio, más deseaba saber que escribía. ¿Por qué estaba tan hundido en sus pensamientos?... Quien fuera la mujer a la que él le escribía, debía ser fría e inmoral para hacerlo sentir tan triste y desdichado.
Entre suspiro, pasaba el tiempo y justo cuando él se disponía a levantarse para marcharse, mi madre me sorprende mirando por la ventana.
-¿Qué tanto mirabas por la ventana?
-Nada, solo buscaba respirar aire fresco.
Suerte que cuando se acerco él ya no estaba.
...
Los ojos de mi madre no tenían el mismo brillo que en la mañana. Pensé que quizás estaba cansada o por enfermarse. Su acercamiento fue seco y distante. En ese momento no me percate que intentaba esconder su tristeza. ¡Pobre! Ahora que lo pienso ella nunca estuvo de acuerdo...
-¡Hija! Arréglate, a la hora de la cena tendremos unos invitados muy especiales. No te preocupes por tus responsabilidades en la cocina, tu tía Emma vendrá ayudarnos.
-¿Quienes son esos invitados especiales?- Le pregunte a mi madre intentando ignorar su tono de voz triste, incomodo.
-Cariño, no te preocupes por saber quienes son desde ahora. En su momento los conocerás. Ahora encárgate solo de arreglarte y verte hermosa.- Se despidió de mi, dándome un beso en la frente. - Te amo.
Le sonreí. Cuando ella salio de mi habitación, regrese a la ventana para ver si aquel chico del rostro triste había olvidado algo que lo hiciera regresar. Pero ya no estaba. Entonces mi cuerpo se dirigió al baño, me duche, me tire en la cama pero mi mente solo pensaba en él. ¿Es posible que me halla enamorado a primera vista?
Mis pensamientos fueron interrumpidos por los pequeños golpecitos que dieron en la puerta de mi cuarto.
-Hija no tardes en bajar.
-No te preocupes papá, estoy en un momento.
-¿Qué es ese escándalo? ¿No me digas que aún no te has vestido por andar tirada en la cama soñando despierta?
Mi risa me delato. Mi padre me conocía mejor que nadie. Era un hombre sabio, amable, muy respetuoso y respetado en el pueblo. Comencé a correr por todo el cuarto hasta estar lista.
...
De pies en el borde del primer escalón de las largas escaleras en mármol que recorren de un piso al otro hasta llegar al comedor, me encontraba. No sabía porque mi pulso se aceleraba. Sentía como poco a poco un nerviosismo se apoderaba de mis pies, subía bruscamente por mi cintura. Lo podía sentir como calentaba el húmero hasta llegar a mi garganta convirtiéndose en un gran nudo que me imposibilitaba respirar. Solo podía tener conciencia de como poco a poco perdía la sensibilidad en mi cuerpo. Comencé a ver nublado y todo a mi alrededor giraba. ¿Qué sucede? gritaba mi mente. ¿Como era posible que ya no podía escuchar escuchar nada, ni siquiera los latidos de mi corazón que corrían a la velocidad de cientos de caballos huyendo del peligro?... Justo cuando sentí que me iba a desmayar, una cálida mano que rozo mi hombro, me trajo devuelta. Era como si en ese pequeño contacto me devolvieron toda la tranquilidad que me arrebato el miedo y el presentimiento de que mi vida ya no volvería ser como antes.
Siempre sus ojos habían sido mi espejo. Todo lo que necesitaba saber, lo conocía a través de su mirada pura, cristalina. Pero al igual que los ojos de mi madre, no tenían el mismo brillo que en la mañana. ¿Qué estaba ocurriendo? Me preguntaba una y otra vez hasta reflejar mi angustia en el rostro.
-¿Qué te sucede mi niña? Estas muy pálida. Deseas que te traiga un té?
-No. ¡Gracias! Así estoy bien, solo que...- Analice las palabras que iba a desvestir, sabía que no eran adecuadas y preferí dar por terminada lo que se podía convertir en una larga conversación donde mi monologó iba a predominar.- olvídalo.
-¡Hija!- Se escucho la voz de mi padre desde la puerta principal - Nuestros invitados acaban de llegar y desean conocerte.
No sabía si alegrarme por escuchar a mi padre salvarme de la inquietud que acababa de provocar en ella, o nuevamente sentir los efectos del nerviosismo. La realidad es que no tuve tiempo para elegir ni la primera o segunda opción, porque cuando me percate, ya estaba junto a mi padre. Nunca supe como llegue allí.
Todo "al parecer" había salido como mi padre lo esperaba. A la hora del té no se hablaba de otra cosa que no fuera de la cena y de los Luvices. Solo ella y yo permanecíamos en silencio, escuchando los argumentos de mi padre, madre y mi tía. Estábamos tan hundidas en nuestros pensamiento que poco a poco las palabras tan eufóricas de los adultos se convirtieron solo en susurro.
No recuerdo muy bien cual fue mi expresión cuando me vi parada frente a esa familia tan elegante, educada, respetada. Salude con la mano al Sr. de los cabellos de algodón. Tan blanco, tan perfecto que me dieron deseos de tocarlos para asegurarme que eran cabellos reales. Su esposa se acerco a mi y me dio un beso en la mejilla marcando sus rojos labios, imposibles de quitar con servilleta húmeda. Me atrevería apostar que al siguiente día aún quedaba restos de su carmín en mis pálidos cachetes. Entonces cuando lo vi, sentí que mis piernas no tenían fuerzas para mantenerse en pies. Nuevamente la respiración se me entre-corto, pero esta vez sentía que sudaba frío. Muy frío... Mi madre se adelanto a mis deseos de salir huyendo, ¿pero porque deseaba huir? ¿A caso no era él lo que deseaba en la mañana?
-Por favor, pasen al comedor. Deben tener mucha hambre. Hemos preparado...
No escuche nada más. Desde ese instante mis movimientos fueron automáticos. No probé bocado alguno, solo acerque la copa de agua varias veces a mi boca para disminuir la sequedad que los nervios me provocaban. Seguramente mi padre se molestaría al ver mi comportamiento tan extraño, pero al parecer no tenía tiempo para fijarse en esos detalles. Eso me alivio bastante.
Dentro de mi estado robótico - fuera de este mundo - Arropada por nerviosismo-y en ocasiones - falta de aire; la mirada perdida, llorosa, casi muerta de mi hermana llamaron mi atención. Ahora era ella quien estaba pálida. Podría creer que sui piel estaba helada y no levantaba su mirada más allá del plato. ¡Pobre! ¿Qué estará pensando? ¿Se irá a enfermar? No dejaba de formularme preguntas. Era tan raro verla así. Ella tan hermosa, elegante, educada, inteligente. Siempre tan conversadora... El día antes, en la mañana había llegado de Reino Unido, estudiaba en Oxford University. Pasaría sus vacaciones de navidad con nosotros. Eso me llenaba de alegría. Realmente extrañaba a mi hermana y no deseaba que el poco tiempo que teníamos para compartir se viera nublado por alguna enfermedad.
...
Recuerdo que esa noche permanecí sentada en el suelo, al lado del tocador blanco de madera que hacía juego con mi cama. Todos dormían menos yo. Todo en mi mente era confuso. Intentaba recordar lo que se hablo durante la cena, pero me parecía extraño que solo mi padre y su padre hablaran alegremente. Mi madre tenía una expresión casi muerta al igual que su madre. Él, en cambio, no recuerdo. Ni siquiera tuve el valor de mirarlo a la cara. ¿Por qué estaba en mi casa, con su familia? ¿Qué estábamos celebrando? Dentro de todo lo ocurrido, que por cierto, me parecía un tanto extraño, lo más que me impaciento fue mi hermana. No gesticulo palabra alguna durante la cena ni en la hora del té. ¿A caso estaba tan confundida como yo? ¿Sabía algo que yo desconocía?... Las horas pasaron lentas y yo no pude conciliar el sueño hasta las 4:00am
-¡Que aspecto tienes! Niña mírate. ¿No dormiste bien toda la noche? Luces peor que tu hermana y eso es mucho decir.
Mire a mi hermana que en ese momento se estaba llevando una rebanada de pan a la boca. Mi padre realmente tenía razón. Lucía cansada. Tenía grande ojeras y sus ojos daban la impresión que se había desvelado toda la noche llorando... Sacudí la cabeza en gesto de negación. Sentía que me iba a estallar. Mis ojos tenían un aspecto desconcertante. Mi pelo parecía a la melena de un león... Desayune lo más rápido que pude. Me arregle a toda prisa y puse en marcha mi plan de acción pautado por mi madre...
Primero fui al mercado en busca de verduras frescas. Mi madre quería preparar de almuerzo batatas en escabeches con bacalao en salsa de berenjena. Después me dirigí a la capilla para entregarle una carta al Padre Benito. En ese momento nada me parecía extraño, pensaba que mis padres lo estaban invitando a cenar el día de Noche Buena. Padre Benito era muy amigo de la familia y nos recordaba con mucho cariño.
Cuando llegue a la casa, mi madre y hermana me estaban esperando para comenzar a preparar el almuerzo. Estuvimos el tiempo que duró la preparación en silencio. El ambiente estaba tenso. Algo dentro de mi, decía que todo tenía que ver conmigo, pero yo no tenía idea del porque.
Mientras almorzábamos, el cartero llamo a la puerta. Conteste su llamado y recibí dos cartas. Una dirigida a toda la Familia Gandalf y otra a mi hermana Alexxa. Aquella carta, su carta, tenía una letra hermosa que nunca había visto. El nombre de mi hermana escrito tan perfecto en ese sobre color rosado. El mismo color rosa que conserva los bebes en sus mejillas al nacer. Perfumado suavemente con el olor de la lavanda... La primera carta tenía como remitente el apellido de los Luvice. Nos invitaban a cenar el 24 de diciembre a las 6:00pm en su casa. En ese momento pensé que sería imposible asistir porque nosotros también tendríamos una cena ese día y habíamos invitado al Padre Benito. Yo misma "entregue" la invitación.
No puedo negar que en un momento desee que mis padres aceptaran la invitación, pero no sabía porque cuando pensaba en él y en su familia sentía un nudo en la garganta que me imposibilitaba respirar. Y era así como se marchitaban las ganas de volverlo a ver.
...
Me desperté en la madrugada, en busca de un vaso con agua. Mientras bajaba las escaleras creí escuchar unas voces que salían en dirección de la puerta del "family" que se conectaba con el jardín principal. Una de ellas [las voces] me era familiar pero no preste atención. Saciada mi sed, me dirigía al cuarto pero unos sollozos me hicieron cambiar de decisión. Con cautela, me acerque al umbral de la puerta y veo a mi hermana llorando con una mano en el pecho y otra cubriéndose el rostro... Otra ves el miedo paralizo cualquier idea de movimiento que deseaba mi cuerpo. Sentí como una brisa entro por la ventana aún abierta, revolviendo todo a su paso hasta chocar con mi rostro. Todo sucedió muy rápido pero en cámara lenta. Cuando al fin entre en mí, no logré alcanzar ver con quien mi hermana hablaba. solo quedo el celaje de aquella persona que desapareció entre la sabana negra que cubre la noche.
-¿Qué sucede? ¿Estas bien? ¿Con quien hablabas?
Mi hermana solo tuvo fuerzas para levantar su mirada, tocar mi mejilla y decirme, "no le digas a mamá que me vistes llorar". Seco sus lágrimas, me beso la frente y en silencio se dirigió a su cuarto... No sé porque me sentía tan extraña, tan culpable.
-¿Qué sucede? ¿Estas bien? ¿Con quien hablabas?
Mi hermana solo tuvo fuerzas para levantar su mirada, tocar mi mejilla y decirme, "no le digas a mamá que me vistes llorar". Seco sus lágrimas, me beso la frente y en silencio se dirigió a su cuarto... No sé porque me sentía tan extraña, tan culpable.
...
Como todos los jueves, preparaba mi "cake" de fresa. Luego de estar horneado lo cubría con puré de guineo que yo misma confeccionaba. En realidad era nuestro pastel favorito, el de ella y mio. Pero su sabor no era igual. Aquel pastel tenía un ligero sabor a melancolía, a secretos... Ya había pasado una semana desde que vía a mi hermana llorar, desde que recibió esa carta y desde que fuimos invitados a cenar con la familia Luvices. Desde entonces mi hermana no salía de su habitación, solo para cenar. Había bajado mucho de peso. Su piel estaba pálida, ligeramente verdosa. Su sonrisa estaba seca. En la cena a penas tocaba la comida. Cuando me miraba a los ojos intentaba regalarme una sonrisa pero ya no tenía piel en su rostro, sus ojos brillaban pero no de alegría. Era como si fuera lo ultimo que me podía regalar. Mi padre al verla tan cambiada, le preguntaba que ocurría y ella con un fino hilo de voz contestaba que estaba en medio de una investigación para la universidad y que requería mucha dedicación. Que casi no se podía concentrar y estaba estudiando la posibilidad de regresar antes a Reino Unido.
...
No me sorprendió cuando mi padre nos informo que celebraríamos Noche Buena en casa de los Louvices. Mi corazón saltaba de alegría, aunque en ocasiones confundía la alegría por nerviosismo y viceversa. Eso ocurría con mucha frecuencia, estos últimos días. No dejaba de soñar con ese encuentro. Con ese chico, el que me robo mis pensamientos cuando lo vi desde mi ventana. A veces mis sueños tenían sabores agradables, pero en otros pequeños momentos se convertían en sueños con sabor amargo que me arrojaban sentimientos de culpabilidad que invadían mi respiración.
Aún no había visto mi imagen en aquel gran espejo redondo con bordes dorados cubierto de perlas de agua dulce que heredo mi madre de su abuela. Ella decía que en celebraciones especiales, antes de salir, debíamos mirar nuestros reflejos en ese gran espejo. De esta forma, nunca, nadie podría herir lo que eramos y presentábamos. Lo que sintiéramos al vernos importaba mucho más de lo que podíamos escuchar opinar los demás sobre nosotros.
Estaba emocionada. Cuando pude ver a mi hermana a través del reflejo del espejo, me quede sin aliento. Estaba tan... hermosa. No es que ella no lo fuera, es que solo... se veía más hermosa que nunca. Una dama perfecta. Aquel traje de seda ajustado a su cintura, color azul como el cielo, hacía juego con su cabello rubio besado por el sol, ondulado a nivel de su cintura. Llevaba un broche de perlas que recogía un poco su cabello para que no cayera sobre sus ojos. Su piel lucia tan suave, tan rosada, como la piel de un bebe. Había perdido 7 libras desde que llego, pero aún así, se veía perfecta... Mi madre era toda una dama de honor. Todas las señoras de su edad las envidiaba por lucir tan joven, tan llena de vida y ese día no era la excepción. Mi padre era toda un galón. Podía andar en trapos y aún así levantaba miradas en mujeres y jóvenes... Llego mi turno para mirarme en el espejo. Estaba nerviosa. Luego de ver a mi hermana dudaba que me gustaría lo que vería en el espejo.
La Sra. Louvices cocinaba muy rico. Debo reconocer que nunca había visto una cena de Noche Buena que luciera y supiera tan bien. La reunión parecía tener al Sr. Louvices y a mi padre muy entretenidos. La Sra Louvices, mi madre y Alexxa parecían estar en otro lugar. Permanecían calladas, distantes, con ojos lloros escuchando las grandes "hazañas"del Sr Louvices y el Sr. Gandalf. Por otro lado Él escuchaba con atención al Padre Benito que fue invitado a esta "gran cena". Yo, en cambio, no podía dejar de entrelazar mis dedos y mover el pulgar hacía al frente y hacía atrás como creando pequeños círculos.
Tink- Tink- Tink
El choque del tenedor en la copa del Sr. Louvices me trajo de vuelta a la realidad. Tomo de la mano a su esposa la Sra. Miranda de Louvices y con un gesto amable nos invito a ponernos todos de pies. Llama a su hijo y este se ubica a su lado, quedando frente a mi y a mis padres. Con la copa en alto comienza un largo discurso. Sinceramente, no preste atención a nada de lo que decían. Estaba muy ocupada pensando en mi nerviosismo y buscando un punto fijo por toda la casa para no verlo.
-Cariño ¿estas bien?- Pregunto mi padre. - ¿Estas soñando despierta otra vez?- Me dijo en voz baja, pegándose a mi oído. Tomo mi mano fuerte de pronto todos estaban formando un circulo. Yo estaba en medio y mi corazón latía con tanta fuerza que pensaba que ellos lo podrían escuchar.
-Estamos reunidos hoy 24 de diciembre celebrando Noche Buena. Nosotros la familia Louvices, estamos muy agradecidos con la familia Gandalf. Es por esto y por el gran afecto que tenemos hacía ustedes que hoy mi hijo tiene unas palabras que decir.
¿De que se trataba todo esto? ¿Por qué mi padre pide que me quede en medio de todos y se retira de mi lado? El Sr. Louvices y mi padre parecen muy emocionados pero en cambio Él... su rostro refleja tristeza. Mi madre tiene sus ojos cristalizados y toma de la mano fuerte a mi hermana, que cada vez más, parece distante, ausente. Su piel palidece con los segundos. ¿De que trata todo esto? ¿Qué tiene que ver conmigo? ¡Oh Dios! ¿Él se abra dado cuenta que lo observaba desde mi ventana? ¿Será de eso que quiere hablar? ¡Ahhhhh! Que torpe soy. No debí observar. Pero si mi madre y hermana saben de esto, no se los perdonare por hacerme quedar en ridículo.
- Señorita Camellia Isabelle Gandalf, hoy delante de sus padres el Sr. Facundo Gandalf, y la Sra. Isadora de Gandalf, de su hermana, Padre Benito y mis padres - Carraspea su garganta. La voz le tiembla. Con un delicado gesto me toma de las manos y se arrodilla. No puedo respirar. ¿Qué es todo? ¿Por qué mi padre tiene esa gran sonrisa dibujada en su rostro y mi madre aprieta con más fuerzas de la mano de mi hermana? No siento mis piernas, mi pulso se acelera, mi respiración se entre-corta. Siento mis manos sudar descontroladamente... Otra vez se carraspea su garganta y mirando a mis ojos, utilizando un tono pausado, con una voz dulce- Señorita Camellia Isabelle Gandalf hoy delante de nuestros familiares... ¿Acepta usted ser mi esposa? ¿Acepta usted convertirse en la Sra Camellia Isabelle de Louvices Gandalf?
-¿Qué?- Grite con sequedad. Es cierto que ese chico había robado todos mis pensamientos desde le primer momento que lo vi, pero de ahí a querer casarme con un total extraño ¡jamas!
Trate de organizar todos mis pensamientos rápidamente. Pero ya no sentía nervios. Ahora una gran rabia invadía mi cuerpo. ¿Por quien me tomaban? No soy esa clase de chicas que se pone a los pies de cualquier hombre que con palabras bonitas proponen matrimonio. Y mi padre, mi madre y hermana ¿en que estaban pensando? Seguramente ellos sabían todos. ¡No aceptare! ¡No aceptare!
-¡NO ACEPTO!- Dije fuertemente apretando mis dientes, más de lo debido, porque termine con un asqueroso sabor a cobre producido por la sangre de mi ansia lastimada.
...
- No importo ni una lagrima derramada, no importo ninguna palabra, ninguna suplica. Ya se había seleccionado la fecha del compromiso formal y peor aún, la fecha para la boda. ¡Mi boda! Nuestro compromiso formal seria dentro de una semana. Pero lo peor no es eso. Mi boda será el 25 de abril. En cuatro meses. ¿Por qué tan rápido? ¿Por qué yo? ¿A caso no les importaba mis sentimientos? Es cierto que desde que lo vi no había dejado de pensar en él, pero eso no tiene nada que ver con querer casarme. Ahora, a todo esto, como si fuera poco, mi hermana no me dirige la palabra. Se la pasa llorando en su habitación y yo sin saber porque. Mi padre esta que echa fuego cada vez que me ve. No soporta que lo hagan quedar en ridículo y según él lo humille delante de todos con mi actitud "infantil" ¡Solo por haber rechazado la propuesta de matrimonio de uno de los hijos de las familias más influyente en el país!
-Hija ¿con quién hablas?- Escuche a mi madre preguntar desde el otro lado de la puerta.
-¡Con nadie!- Dije con un tono ácido.
- Es que creí escucharte hablar...
-Mamá ¡ya basta! - La interrumpí secamente. No tenía deseo de dar explicaciones. Había pasado todo el día en mi habitación pensando en voz alta y lo menos que deseaba en ese momento era ver a alguien.
- No importa cuanto te guste o no, la decisión ya fue tomada. Tu padre es un hombre de palabras y no te permitiré que lo hagas quedar mal... Ahora, arréglate que la sra. Luvice vendrá a tomar el té con nosotros para hablar de los preparativos de la fiesta de compromiso. ¡Y más vale que te comportes!
Parecía tan incomoda dentro de aquel elegante traje. Ya no sentía la parte inferior de mis labios, lo había mordido con todas mis fuerzas durante la "gran cena de compromiso". Toda la noche, el tiempo que duro permanecí sentada en la gran mesa cubierta por un mantel amarillo claro adornado por recipientes de cristales llenos de agua rodeando pequeñas velas flotantes. A mi lado estaba él. Tan hermoso, tan perfecto tan...
-Creo que aún no me he presentado debidamente- Decía él acercándose a mi oído hablando bastante alto, un poco intentando luchar con la música que en esos momentos salía de la pista de baile.
Su acercamiento me tomo por sorpresa. Estaba tan hundida en mis pensamientos que di un pequeño salto cuando sentí su cálido aliento cerca de mi cuerpo.
-Adolfo Luvices, futuro esposo de la señorita Camellia Isabelle Gandalf.- Sonrió dulcemente haciendo que mi corazón latiera con más fuerza.
-Mucho gusto- Conteste con un tono de voz bajo, delicado, tímido.
Esas fueron las únicas palabras que cruzamos. Todo era tan raro. ¿Como era posible que me fuera a casar con un hombre al que no conocía? Al parecer el conocía todo de mi...
...
Era domingo. Leía "Hamlet" de Shakespeare en una esquina con grandes cojines blandos y cubierta con una manta de la habitación que mi padre convirtió en Biblioteca para todos, pero en especial para mí. A mi lado tenía una deliciosa taza de nutella con leche caliente adornada con whipped cream y marsh mellow que poco a poco se derretían. La habitación tenía un olor muy peculiar de los libros. Ese olor que me transporta a cualquier lugar. Cada uno hacía lo que más le gustaba. Mi padre leía el periódico sentado en una butaca de cuero que solo él podía utilizar. Mi madre tejía sentada en el gran sofá y mi hermana sentada a su lado pasaba sus nerviosos dedos por su largo cabello, hojeaba las finas páginas del libro "To kill a mockingbird" de Harper Lee. Lo había leído tantas veces pero aún así lo tenía entre su falda. Tenía los pies cruzados y los movía haciendo movimientos ligeros y nerviosos.
Aunque era año nuevo, todos estábamos muy cansados por la celebración de la noche anterior. Vestíamos con nuestra típica ropa de domingo. Pantalones largos holgados esos que se utilizan para dormir, blusas de manga larga y medias hasta las rodillas. Llovía y la casa se sentía tan fresca, tan fría, tan familiar. Por momentos se me olvidaba el enojo con mi padre.
Al parecer nada podía transcurrir con la paz que se sentía. Sonó el timbre y mi padre se ofreció abrir la puerta. Los Luvices se encontraban en el recibidor y mi padre pidió que se sentaran encaminandolos hasta la sala. Ofreció a cada uno una taza de café y nos disculpo mientras mi madre, Alexxa y yo nos dirigíamos rápidamente a nuestras habitaciones para cambiarnos y vestir algo un poco más formal. Quería verme bonita pero lucir algún vestido informal. Ya lista, me mire al espejo pero otra vez esa horrible sensación se apodero de mi respiración. Dude si quedarme en mi habitación o simplemente sentarme junto a él.
Cuando baje las escaleras ya todos estaban ahí. Alexxa había tomado mi lugar al lado de Adolfo y lucía hermosa. Se había recogido el cabello en una trenza, sus mejillas estaban delicadamente rosadas, sus labios tenían un suave brillo. Llevaba un vestido rosado "viejo" a nivel de sus rodillas. Su mirada estaba puesta en sus manos pero tenía una pequeña sonrisa.
Quería salir huyendo cuando todos se pusieron de pies para permitirme pasar. Solo que nuestras miradas se cruzaron y nuestros rostros reflejaban confusión. Entre las dos existía un código. Y justo este vestido, el mismo que ella vestía era parte de nuestro código. Cuando queríamos vernos bonitas y parecer casual lo llevábamos. Resaltaba los atributos más hermosos de nuestro cuerpo. ¿Pero por qué ella vestía el mismo traje? Yo era la que estaba comprometida. Debía ser solo casualidad... Pero tenía que reconocer ella se veía mucho más hermosa con el vestido junto a él.
Me sacudí ligeramente la cabeza como intentando espantar todos esos pensamientos. Todos se hicieron a un lado para que yo pasara. Estaba muy nerviosa. Encontré mi mirada con la de Alexxa para ver si ella me cedía su lugar pero no hubo respuesta por su parte. Me senté en la butaca blanca de piel que acompañaba el gran piano blanco de cola que había heredado mi padre de su padre. Todos hablaban y se reían animadamente. Adolfo y Alexxa parecían muy felices y hablaban con una confianza muy segura. Creo que desde que había llegado de sus vacaciones no la había visto tan brillante, tan llena de luz.
Mi madre invito a almorzar a los Luvices con la excusa de "ahora que seremos familias deberíamos compartir más seguido". La sra. Miranda acompaño a mi madre y juntas preparaban "el almuerzo". Mi padre invito al Sr. Luvices a su oficina para hablar de política, de negocios y por supuesto de nosotros como "futura familia". De pronto solo nos quedamos los tres. Un silencio incomodo. Me daba la sensación de que yo era la que estaba de más allí, junto a ellos. Me di la vuelta y para callar al silencio comencé a tocar una canción que yo misma había compuesto y mi padre había dicho que sería muy famosa si me atrevía a tocarla al mundo. Solo los libros, las letras y la música, me hacían sentir segura. Con ellos olvidaba mis nervios y me transportaba a donde quisiera. Pensé que tocar el piano sería una buena idea para romper aquel silencio incomodo que nos arropaba. Quizás se acercarían a mi y cantaríamos viejos canciones solo escucharían interesados... Al parecer ellos tenían otros planes. Hablaban muy cercas el uno con el otro. En ocasiones sonreían, y en otros momentos se miraban silenciosamente como si quisieran decir todo con sus besos. Todo esto lo podía observar cada vez que miraba sobre mi hombro.
Luego del almuerzo mi padre pide Adolfo que vallamos al jardín, de esta manera podíamos conocernos mejor. Mientras caminábamos entre el sendero de girasoles permanecíamos callados. Su mente sin duda no estaba conmigo. Me columpiaba sobre una madera blanca sostenida con soga amarilla. Mi vista estaba fija en la cocina. Veía a mi madre abrazar a mi hermana mientras ella luchaba por soltarse. En ese momento entro mi padre y con su rostro enrojecido comenzó a caminar de un lado a otro. Sus pasos se veían nerviosos y movía sus brazos agitándolos en el aire. Fue tanta mi curiosidad que me acerque a la ventana ignorando que Adolfo me seguía. Mi hermana gritaba desesperada.
- ¿Por qué Isabelle tiene que casarse con él si soy yo su novia?
Mi padre golpeo su mejilla como nunca lo había echo. Con horror mire Adolfo quien tenía su piel pálida y sus ojos cristalizados. ¿Qué estaba ocurriendo? Comencé correr en dirección a la casa. Mi padre golpeaba enloquecido a mi hermana. El sr. Luvices no dejaba de agitar sus brazos y gritar frenéticamente a su hijo. Su madre y mi madre lloraban desconsoladamente. Yo en medio de todos sin saber que hacer. Estaba confundida. ¿Había dicho Alexxa novio? ¿Como? Ella había estado en Oxford y nunca había hablado de algún hombre. Mi vista se nublaba, lo ultimo que alcance ver fue cuando mi padre subía a golpes a mi hermana por las escaleras y Adolfo escaparse entre las manos de su padre para correr en dirección de Alexxa, interponiéndose entre ella y mi padre.
...
Capitulo 2 "Hay cosas que solo deseo olvidar"
Recuerdo que las ultimas palabras de Alexxa antes de desmayarme fue "Yo fui su mujer". Entonces mi historia termino ese día. Ya no podía ser yo la protagonista de esta novela. Alguien más se había ganado mi lugar. Al pasar los días ya no se hablaba de mi boda, sino de su tristeza. Mi hermana se estaba matando poco a poco. Mi padre había golpeado Alexxa ese domingo como nunca lo había echo. En su cuerpo ya no quedaba rastro de su pálida piel. Grandes y oscuros hematomas habían usurpado su color. No tenia fuerzas para mantenerse en pie y yo, bueno... Ahora es la historia de Alexxa.
Adolfo era un punto negro entre las sabanas que cubren la noche. No tenía lugar en mis pensamientos. En realidad no podía tener lugar. Con solo recordar sus palabras, deseaba que mi mundo se fundiera para siempre... Nuestra casa ya no era la misma. Todo era nada y no tenía sentido nuestras miradas. Mi madre se la pasaba llorando. Mi padre no dejaba de andar toda la casa con ese movimiento de mano y reloj que tanto lo caracterizaba cuando la ansiedad lo atacaba. Y Adolfo... Adolfo... Ya no supe nada más de él hasta hoy.
Alexxa y Adolfo habían consumado su amor días antes de nuestro compromiso formal. Ese encuentro iba ser la despedida por una separación obligada pero no deseada. Pero el destino no tardo en hacer su jugada y nueve meses después, nos encontramos diciéndole adiós Alexxa y recibiendo en nuestros brazos el producto de su amor. Y no es hasta hoy que me doy cuenta que yo solo fui una ficha mal jugada por el destino...
...
¿Qué fue lo último que te conté de Alexxa? ¡Ahh! ya recuerdo... La muerte de Alexxa como es normal, fue muy chocante para todos. No alcanzo a ver a su bebe. Regalo su último suspiro a la vida de esa criatura. Mi padre no podía sostener una mirada de cariño a la vida que se unía a nuestra familia. No se perdonaba el trato cruel que le había dado a su hija, pero su coraje con la vida era más fuerte, que sentía un hueco en el estomago cada vez que veía a Sofía. Sí, así nombramos a la bebe de Alexxa. Ella antes de morir, una noche, entre las pocas palabras que decía, comentó que quería llamar a su hija igual que nuestra abuela. Tener a Sofía en nuestras manos era como tener Alexxa. ambas tenían el mismo color de cabello, la misma nariz, el mismo color de piel, los mismos labios y hasta el mismo olor. Era como si Dios quisiera que nunca nos olvidáramos de Alexxa.
Creo que nunca te conté como era realmente Alexxa. Aparte de su belleza inigualable, poseía una inteligencia incomparable. Desde pequeña siempre me cuidaba y cuando las niñas del colegio al que asistiamos se burlaban de mí, Alexxa siempre estaba ahí, para defenderme. En las noches se sentaba junto a mi cama y me leía cuentos. A medida que íbamos creciendo esos cuentos se remplazaban por historias que ella misma escribía. Siempre sacaba un 10 en todas las asignaturas. Era la mejor en su clase y como era de esperarse, fue la presidenta en todas las graduaciones. Sus clases favoritas era la economía y las ciencias. Mientras cursaba su cuarto año colaboro con jóvenes universitarios de ultimo año, en una investigación de algo relacionado con los genes y fue ella la que más sobresalío. Era inteligente, hermosa y yo la admiraba con todo mi corazón. Nunca sentí celos de ella, la veía como mi hermana, amiga y como una clase de "ídola". Los días al lado de Alexxa eran mágicos. Ella siempre hacía que un día nublado o lluvioso se convirtiera en un día de historias. Un día caluroso, entre su risa contagiosa no se sentía. Yo no podía ocultar mi tristeza porque me conocía mejor que nadie. Cuando buscaba alguna respuesta me bastaba mirarla solo a los ojos. Sus ojos eran mi espejo.
Por eso me dolió tanto descubrir que Alexxa tenía un amor secreto. No me importaba que fuera Adolfo, pero sí que fuera secreto y que no tuvo la confianza de contarme. ¿Por qué para ella era tan importante mantener su amor en secreto? Bueno, en ocasiones pienso que se debía a mi padre. El era un poco más estricto con Alexxa. Pero estaba muy orgulloso de ella. De todos sus logros y el brillante futuro que le esperaba. Quería que ella lograra todos sus sueños y luego se dedicara al amor. Es que Alexxa era diferente a mí. Sabía lo que quería, era muy decidida, se valía por sí misma y los chicos la respetaban mucho. Era más admiración que respeto. Quizás por eso mi padre perdió el control. No se imaginaba que Alexxa fuera capaz de ocultar algo tan importante. Que fuera capaz de enfrentarse ante todos por defender un amor que no tendría lugar en nuestra historia.
Sí, ya sé que he contado mucho sobre mi padre y Alexxa y sobre mi madre muy poco. Mejor dicho nada. Y es que mi coraje hacía ella en esos momentos era tanto que intentaba ignorarla. A diario mi madre se pasaba reprochando a mi padre sus acciones para con Alexxa y yo en cambio le reprochaba a ella. Culpaba al sr. Gandalf por golpear a su hija, por ser tan desconsiderado y no darle una oportunidad. Pero para mí eso era la "gota que colmo la copa". ¿Como era posible que reclamara a mi padre? Sí, es cierto, él tenía culpa ¿pero y ella? Acaso no se daba cuenta que nunca tuvo el coraje en salir en defensa de su hija. Nunca tuvo pantalones para arrebatar Alexxa de sus manos. Ni siquiera tuvo valor para decirle a mi padre que ella lo sabía. Que no podían casarme con Adolfo. Ella era consiente de todo lo que podía provocar saber la verdad pero prefirió quedarse de brazos cruzados, guardar silencio. ¿A caso le temía? Mi padre nunca puso un dedo encima de mi madre pera hacerle daño. Nunca la trato con hostilidad. Nunca fue violento, solo ese día... No justifico sus acciones. El no debió responder de esa manera, pero ella, ¿Por qué fue tan egoísta? Esta bien que no se faltaran al respeto, pero se trataba de Alexxa. De mi hermana. - Yesenia FG 2011-2012
To be continue...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)