lunes, 5 de enero de 2015

Danzando en mi garganta

Desperté. La angustia le da con visitarme a estas horas de la madrugada. ¿A caso ella no sabe que necesito dormir, descansar? Pero despierto. Porque siempre viene con verdad. Intento ignorarla, dándole la espalda y arropándome hasta el pelo, intentando no morir en el intento de respirar bajo las sábanas. Pero insiste en quedarse y que la escuche. A través de telepatía me obliga a ver lo irremediable, y tiene esa habilidad de meterse en mi piel, erizando cada vello de mis brazos y mi corazón baila al son de sus pasos, que cada vez son más fuertes y rápidos. Esta maldita angustia no tiene modales e intenta robrarme aquello que me da paz. Lucha contra todo hasta lograr alzar bandera de victoria. Maldita angustia que siempre dice la verdad. Y mis nervios se unen al cantico desenfrenado que invoca alrededor de la boca del estómago. Maldita angustia que no observa que mi temperatura aumenta según su danza por todo mi cuerpo. Quiero ahogarla, asfixiarla, pero me falta el aliento. Busco desesperada el aire, abro mis ojos y me doy cuenta que mis manos abrazan con fuerza mi garganta. - Yesenia Figueroa 2015